dimarts, 6 d’abril del 2021

Aparentemente incompatible

Artículo publicado en el diario de Girona el martes 18 de febrero de 2014

Autores: Xavier Pastor y Eduard Carrera


Hoy martes por la tarde, en la Casa de Cultura de Girona, participamos en un debate organizado por Izquierda Republicana de Cataluña para hablar de las repercusiones que provocan las actividades de ocio nocturno en la ciudad y concretamente del ruido ocasionado que molesta a las personas que duermen.

De entrada, como conflicto, parece que los intereses de los que, por un lado, quieren hacer negocio y disfrutar de la noche pasándolo bien -los propietarios y usuarios de los locales de ocio- y, por otro, aquellos que sufren los ruidos asociados a esta actividad -los vecinos que quieren dormir- sean aparentemente incompatibles, y más si se dan en un mismo espacio y en un momento en el que generalmente prevalece el descanso. En este debate, entendemos que hemos sido llamados a hablar desde la prevención, gestión y resolución de conflictos. Frente a esta situación, nos tocará explicar y mostrar cómo estos intereses aparentemente incompatibles se pueden superar si las personas, organizaciones e instituciones implicadas y afectadas se comprometen y participan en procesos para abordar y tratar el conflicto favoreciendo las condiciones para encontrar acuerdos y generar consensos que satisfagan todas las partes.

Así, de la que hablaremos en la charla de hoy? Básicamente presentaremos 7 ideas y elementos clave para superar este tipo de situaciones, teniendo en cuenta que la realidad avala que estos planteamientos ofrecen resultados.

¿Cuáles son estas 7 ideas clave? De forma muy resumida, casi telegráfica, ya que de lo que se trata es que vengan al acto y nos escuchen: 1) Tener claro que estamos ante un conflicto y que si no lo abordamos, lo que seguro que puede pasar es que cada vez sea más difícil tratarlo, ya que las posiciones estarán más alejadas; 2) Es tan importante el motivo que la ha generado como los comportamientos y los procesos seguidos para solucionarlo. La realidad nos dice que cuando más poder tienen las personas para hablar del problema y de la forma de hacerlo, más posibilidades hay de solución; 3) Un conflicto es y varía en función de sus características. No es exactamente igual si se produce en una ciudad que en un entorno rural. Ni tampoco si estamos hablando de un problema de calles o de servicios sociales; 4) No surge de la noche a la mañana. A pesar de que estamos acostumbrados a percibirlo así por los medios de comunicación. Hay un histórico, un antes y un después. Es necesario que pasen cosas que alejan las posiciones de unos y otros y dificultan el diálogo por la aparición del conflicto. En consecuencia, para solucionarlo, tendrán que pasar otras, acercarse para hablar; 5) Hay más actores de los que aparentemente creemos con capacidad de problematizar y resolver la situación: los implicados, los afectados y los interesados. Es primordial identificarlos y hacerlos participar; 6) Hay que pasar de las posiciones a favor o en contra de una u otra cosa, y conseguir que todo el mundo cuente sus intereses, sólo así se podrán encontrar los puntos en común; y 7) Se hace necesario diseñar y poner en marcha un proceso y un espacio de diálogo integrador, específico y continuo sobre el problema, un pacto (un compromiso), un plan (con actuaciones a corto, medio y largo plazo), que integre y haga compatible las necesidades de unos y otros y fomente la creación de alternativas adecuadas para el lugar o ámbito del conflicto.



Llevar a la práctica este trabajo no es fácil, pero como todas las actividades humanas es posible. Si a todo lo anterior, se añade una actitud positiva y se tiene un plan, no sólo se alcanzan soluciones satisfactorias, sino que además se mantienen en el tiempo.

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